Soy EL CEPILLO DE DIENTES.
…Un humilde servidor.
Con un poquito de crema
causo en la boca ¡TERROR!...
Me deslizo suavemente
con atención observando,
y a la placa bacteriana
sin piedad voy anulando.
Además, cada diente,
controlo con todo amor,
retirando los residuos
causantes del mal olor.
Y un masaje a las encías
de paso, brindo, también,
para que nunca se enfermen
y trabajen siempre bien.
Con el SARRO, muchas veces,
me he visto en tremendo apuro;
porque es bravo y resistente,
porfiado, tenaz y duro.
Por eso les sugiero
al dentista visitar,
así ningún enemigo
a traición pueda atacar.
Ustedes… ya me conocen.
¡Adiós!... les digo y me voy.
Por la salud de una boca
hasta la vida yo doy.
Soy EL CEPILLO DE DIENTES.
…Un humilde servidor.
sábado, 8 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario