El oso, piloso
con burla reía,
porque nunca frío
su cuerpo sentía.
Bailando, gracioso,
contento vivía,
y en el río helado
pescaba y comía.
¡Pero… cierto día!...
el oso, piloso,
por una epidemia
de un virus famoso,
se quedó lampiño.
Temblando de frío.
Mirando los peces
pasar por el río.
Y sintió vergüenza
de verse desnudo.
Se tapó con hojas
todo lo que pudo.
Y el oso, afligido,
comprendió enseguida
que no hay que burlarse
por nada en la vida.
…Como Dios es bueno,
al virus, famoso,
lo alejó una tarde
del oso, piloso.
Y de aquella tarde
fue un oso distinto,
es decir, un oso,
con prudente instinto.
¡…Y allí está de nuevo
con un pelo hermoso,
pescando, en el río,
el oso, piloso.
sábado, 8 de noviembre de 2008
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